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quinta-feira, 18 abril, 2024

O cerne da questão

Freddy J. Melo

Nos acercamos a las elecciones del 6D en medio de una actividad oposicionista caracterizada por la desesperación.

El enfrentamiento tiene el mismo signo y así se mantendrá mientras el imperio continúe vislumbrando posibilidades de victoria.

Pero el monstruo no puede con los pueblos decididos a la lucha.

Y ahí está el quid del asunto. El enemigo ha embestido buscando quebrar la moral popular. El 2014 fue de ofensiva con todos los hierros, como queriendo revivir el “año terrible” de dos siglos antes. Y este 2015, cuando parecía que ya habían agotado su arsenal dejando solo reserva de marines, pudieron todavía echarle más leña al fuego.

La guerra económica ha alcanzado niveles de locura, disparando el bachaqueo sin freno en todo el país e intensificando en la frontera occidental, con la complicidad de la contrarrevolución colombiana, una orgía de violencia caracterizada por el contrabando desbordado de alimentos, medicinas, gasolina y otros productos y la acción más abierta y desafiante de los paramilitares. También, intentando una respuesta a las OLP, han incrementado el asesinato de policías.

Así mismo los llamados profesores de las universidades elitescas arriman su infaltable granito. “Llamados” porque usted no los ve impartiendo clases.

Los medios, entre tanto, “goebbelizan” afirmando que el Gobierno es incapaz de asegurar la alimentación del pueblo y que el modelo socialista es un fracaso. El Presidente actúa recobrando la iniciativa.

El imperio azuza al régimen ultraderechista de Guyana, con un presidente sin rubor para la provocación, a fin de plantear un ataque en pinzas, buscando de algún modo llevar la situación al terreno militar y abrir las compuertas a la agresión armada.

La cuestión planteada es: ¿Podrá tal ofensiva mellar la moral de nuestro pueblo, al menos en medida suficiente para hacerlo abstenerse disgustado, y aun renegar dando algunos votos al enemigo y facilitando la posibilidad de su triunfo?

Creemos que el pueblo de Simón Bolívar, recuperado en su visión histórica por Hugo Chávez, resistirá firme de nuevo y volverá a poner en alto el tricolor mirandino.

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