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Leis aprovadas provocará grande recessão no Equador

 Angel Enrique Arias*
Quito, 24 de Mayo de 2020
Contrariamente a las recetas de los organismos financieros internacionales que privilegian la reducción del gasto del Estado para reducir el déficit, la línea heterodoxa de la economía plantea la necesidad de que el Estado provea, por mutuo propio o a través del sector privado, condiciones para el incremento de la demanda agregada del País.
Mucho antes de que llegara la pandemia del Coronavirus, ya el estado ecuatoriano venía ejecutando una política económica equivocada que lo ha llevado a una grave recesión los últimos tres años. Esta línea de actuación es producto del regreso del FMI y del sometimiento a sus condiciones que, como todos sabemos son de corte neoliberal.

Perfil: Equador | BBC Brasil | BBC World Service

La economía ecuatoriana, luego de una fuerte caída del crecimiento en el año 2016 debido al terremoto y la reducción del precio del petróleo, en el año 2017 registró un crecimiento en términos reales de 2.4%. Este dinamismo se explica principalmente, según el informe del Banco Central, por el aumento del Gasto del Consumo Final de los Hogares, el Gasto de Consumo Final del Gobierno y las Exportaciones. Es decir, mientras el gobierno gastaba más, reactivó la economía, aumentó la recaudación de impuestos y mantuvo un déficit fiscal sostenible.
Lo que sucedio los años siguientes, fue una sensible reducción del PIB al 1.1% el año 2018 y a -0.5% el año 2019 consecuencia de haber reducido el gasto corriente y la inversión según la propia gerente del Banco Central Verónica Artola, quien sin embajes declaraba que “son años de ajuste porque estamos tratando de  tener finanzas públicas más sólidas y reducir el déficit fiscal, y eso va atener un impacto en la economía”. Por estos años el déficit fiscal rondaba el 4%, un déficit totalmente manejable. “Siempre dijimos que las medidas (de ajuste) iban a desacelerar la economía” insistió la gerente.
Los consejos que generalmente dan los organismos financieros internacionales se basa en la idea del achicamiento del estado y por esa vía, la reducción del déficit fiscal. Pero, que significa en el caso del Ecuador un achicamiento del Estado? La reducción del presupuesto de gastos corrientes en el que se encuentran maestros, médicos, enfermeros, militares, policías y demás servidores públicos a quienes se les está pidiendo, este mismo momento, que aporten (a través de la reducción salarial) a solventar el déficit fiscal; y, se hace uso de la llamada “austeridad” para, sacrificando los gastos de inversión dejen de ejecutarse obras de infraestructura que ocupan una gran cantidad de empleo. Con la reforma del presente presupuesto ha dicho pomposamente el presidente que se dejará de invertir 1.300 millones. En una palabra, la austeridad, asegura con mayor certeza la recesión económica.
Las leyes aprobadas recientemente por la Asamblea significan la receta ideal para precipitarnos por el abismo de la recesión. La sustancial reducción y precarización del empleo (tanto en el sector público como el privado) reducirán sustancialmente no sólo su capacidad de consumo básico, sino el cumplimiento de sus obligaciones bancarias, de vivienda, de educación y de salud, etc. Este hecho reducirá, al mismo tiempo, la recaudación de los impuestos indirectos como el IVA y finalmente también el impuesto a la renta, impuestos estos dos que suman el 80% de las recaudaciones tributarias, lo cual limitará aún más las posibilidades de reducción del déficit fiscal. Además la reducción del empleo formal afectará las recaudaciones del Seguro Social que, como se ha dicho, atraviesa una virtual situación de iliquidez.
Muchos dirán que no quedaba más remedio que reducir sustancialmente el gasto público. Pues no, la receta de la austeridad no nos llevará a la reactivación, todo lo contrario, nos llevará a una recesión mayor aún y lo peor, a un empobrecimiento generalizado. Ni siquiera la venta de los activos del Estado alcanzaría para ello (a no ser que vendan Petroecuador y todos los pozos petroleros)
La crisis agravada por la pandemia del Coronavirus amerita un plan económico basado en un crecimiento endógeno que implica el fomento a la producción nacional, reducción de importaciones innecesarias y freno a la salida de divisas. Se requiere un gran despliegue diplomático para conseguir más préstamos en condiciones blandas y la renegociación de la deuda con largos plazos y bajas tasas de interés, con más años de gracia, etc.
¡Primero nos reactivamos y luego pagamos, esa es la fórmula!
¡Por ello, es necesario darle dinero a la gente, no quitarle, como pretenden estas leyes!
LA REACTIVACIÓN SÓLO SE LOGRARÁ CON UNA POLÍTICA ECONÓMICA CONTRACÍCLICA
*Angel Enrique Aires é economista e membro da Frente Pátriotico Nacional

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