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quarta-feira, 6 novembro, 2024

Brasil, Itamaraty e Lula

Foto: Marcelo Camargo/Agência Brasil

Manuel José Montañez Lanza*

Hay que conocer la idiosincracia de la sociedad brasileña para comprender lo que ocurre.

Su raigambre proviene de la firma del Tratado de Tordesillas suscrito por los reyes católicos de España y Don Juan II de Portugal en 1495.

Este último, cuando Napoleón Bonaparte invadió toda Europa, cogió sus cachacha, los monto en un barco y se vino a estas tierras. Así nació Brasil; sin echar ni un tiro por su independencia y pese a que hablan de “democracia” continúa siendo un país esclavista en algunos estados en el norte de esa nación donde en pleno SXXI, aún existen grandes latifundios en los cuales se practica el modo de producción esclavista y el gobierno federal se hace de la vista gorda. Por increíble que parezca los dueños de ésos son políticos de la extrema algunos de los cuales son integrantes de las dos Cámaras que también promueven la deforestacion del pulmón amazónico y exterminio de los grupos de nativos originarios a los fines de la minería ilegal, la industria maderera y la siembra de caña y otros, para la producción de combustible.

No se lo comento, porque me lo dijeron, sino porque lo viví, recuerde que yo fui Cónsul General de Venezuela en Manaos y Decano del Cuerpo Consular extranjero acreditado en ese país continente; pero además, viví allá por razones académicas en tiempos de la dictadura y tuve que regresarme porque me enfermé y Brasil, que era un país pobre y altamente subdesarrollado, no tenían tecnología médica para curarme. Irónicamente me tuve que regresar a la Venezuela Saudita del “Ta’barato, dame dos”, del gobierno de CAP I.

Al pueblo brasileño lo tienen adormecido y abobado entre el carnaval, la cachaça, la capoeira, la macumba, la feijoada, los judíos sionistas y los evangélicos. Pese a que existe un importante movimiento social contestatario, la verdad, es minoría y el propio aparato del sistema, lo opaca.

Es una sociedad desideologizada que pese a que actualmente no tienen oficialmente una monarquía; sin embargo, el gobierno subvenciona y financia a la Casa de Bragança que tiene una sede oficial en Río de Janeiro; pero sus descendientes viven en Europa.

Planalto e Itamarati (La Cancillería más antigua de toda América Latina), jamás han olvidado sus orígenes.

Ellos no se consideran latinoamericanos y menos caribeños. Son eurocéntricos y proyankies.

Lula es pasto de esa vorágine que la burguesía industrial de Brasil maneja a sus anchas, en connivencia con los norteamericanos, quienes les hicieron creer desde los tiempos de las dictaduras del Cono Sur, que ellos eran una sub-potencia regional; por tanto, su deber era defender la democracia, pero la de los dólares. Ello quedó evidenciado cuando le dieron el golpe a Joao Gulart.

Por su parte, el ejército de ese país es comandado por oficiales de tradición nazi-fascista quienes reciben órdenes del Pentágono; de hecho, una de las bases militares más poderosas gringa, está en el Atlántico brasileño.

Así mismo, su industria y el comercio es controlado por la Reserva Federal de los EEUU.

Lula es un vil instrumento del sistema. Recuerde que fue judicializado, procesado y llevado a prision y los únicos que lo defendimos fuimos nosotros y mire cómo nos paga ahora.

Su puesta en libertad fue negociada ante la debacle del Bolsonarismo quienes por cierto, ante la reciente derrota recibida por Lula y el PT, se preparan para retomar el poder y el control de Planalto.

Los evangélicos junto a los judíos sionistas, son un poder real que en cierto modo desplazó a la Iglesia Católica; fueron ellos quienes negociaron con la burguesía el triunfo de Lula; hoy, le están pasando la factura y cobran.

Nosotros, Venezuela, somos un obstáculo para ellos. Por tanto, al no entrar la Argentina de Milei (Si se quiere un satélite de Brasil), a los BRICS+, mal podían permitirse el ingreso de Venezuela. No se podían dar el lujo de que Vzla les “disputara” el liderazgo Regional (Ellos no ven integración sino competencia), con la primera potencia energética de America y una de las primeras del mundo.

En una ocasión, estando en Brasil, pude leer una entrevista que le hicieron en la revista “Veja” a la ex embajadora de los EE.UU. en Vzla -Expulsada por Chávez por intromisión en nuestros asuntos internos- y que luego Whashinton la envió a Brasil. En dicha entrevista, la singular embajadora Dona, burlándose de Lula, dijo lo siguiente: …”El antinorteamericanismo de la izquierda brasileña es de un mar de extensión con un centímetro de profundidad”…

Finalmente, nuestro ingreso a los BRICS+ es un hecho y no depende de Lula o Itamaraty; tal como lo señaló el compañero Pdte Nicolás Maduro Moros; es más, somos incluso, artífices de la integración en estos tiempos, desde el Cdte Eterno y Supremo, Hugo Chávez y si nos vamos más atrás, con el Padre Libertador, Simón Bolívar.

*Manuel José Montañez Lanza 

Politólogo e Internacionalista 
M.Sc. en Seguridad y Defensa

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